La mula hembra y el mulo macho son producto del cruzamiento entre una yegua y un burro (en Argentina al burro padre lo denominamos garañón). Cuando cruzas una burra con un padrillo (caballo macho), obtienes un BURDÉGANO hembra o un burdégano macho). Tanto las mulas como los burdéganos son estériles. Las hembras rara vez desarrollan folículos en sus ovarios. Los machos pocas veces producen espermatozoides y, cuando lo hacen, éstos son defectuosos o sin vitalidad. Ni los burdéganos ni los mulares dan cría entre sí ni con sus progenitores (burros o caballos). Tanto los caballos como los burros pertenecen a la familia Equidae. El Equs cabalus tiene 64 cromosomas mientras que Equs asinus tiene sólo 62. Es una curiosidad científica que puedan cruzarse entre sí, pero la mula o el burdégano son realmente animales creados por el hombre ya que en estado natural las especies se ignoran y no se cruzan. Para obtener mulas o burdéganos es necesario entrenar a los progenitores para que acepten copular entre especies...o lograrlos por inseminación artificial. A los burros entrenados para montar yeguas se los llama “burros hechores” y deben ser entrenados desde pequeños. Antes (siglo XIX y hasta mediados del XX) en los grandes haras productoras de mulares se solía quitar el burrito a la madre después de unos días de calostreo y se lo ponía a criar por una yegua nodriza, y se lo mantenía siempre entre yeguas para hacerlo “hechor”. Era común decir que si el burro probaba burra nunca más aceptaba yegua (en realidad no era cierto, el burro hechor solía montar tanto a unas como a otras si era un macho dominante.) Los mulos machos y los burdéganos no castrados suelen ser muy libidinosos aunque estériles, porque sus testículos producen testosterona a tasas normales. Por eso se castran para el trabajo. Se supone que las primeras mulas ya fueron producidas con el advenimiento de la revolución de la agricultura, en el neolítico superior, tal vez poco después de la domesticación de ambas especies progenitoras. Su producción se mantuvo a lo largo de la historia porque reúnen ventajas de ambas especies lo que los hace muy aptos para el trabajo y la guerra, sobre todo en climas y topografías extremas. Aunque tradicionalmente se han intentado todo tipo de caracterizaciones zootécnicas para distinguir mulas de burdéganos, genéticamente son iguales y, salvo por algún gen ligado al sexo, estadísticamente son iguales. La mula se ha producido en mayor cantidad porque es más fácil combinar burros machos con yeguas hembras que viceversa. Tanto el caballo como el burro tienen un antecesor común, por lo tanto comparten más del 97 de sus genes, y tal vez en estado natural alguna vez se hayan cruzado, pero al ser estéril la cría no pudieron prosperar como una nueva especie. La conducta reproductiva de ambos es bastante diferente. El burro es un animal territorial y el caballo no. En realidad pensamos que son especies que se están diferenciando (alejándose evolutivamente).
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